lunes, 31 de mayo de 2010

Dennis Hopper: El gran salvaje.

Dennis Lee Hopper nació el 17 de mayo de 1936, en el pueblo de Dodge City, Kansas. Cuando tenía trece años de edad, su familia se mudó a San Diego, California, donde su madre trabajó como instructora de salvavidas, y su padre como gerente de la oficina de correos (aunque según el mismo Hopper, su padre en realidad trabajaba en la OSS, la agencia precursora de la CIA). Sería en San Diego donde Dennis descubriría su afición por la actuación. De hecho, una vez que terminó la secundaria, él estudiaría teatro en la Old Globe Theatre y posteriormente en el New York Actors Studio (donde estuvo bajo la tutela de Lee Strasberg durante cinco años). Durante ese periodo, el actor entablaría una gran amistad con su colega Vincent Price, con quien compartía la pasión por el arte. A los 18 años debutaría como actor con un papel menor en la serie de televisión “Cavalcade of America” (1954), y posteriormente en el drama televisivo “Medic” (1955), donde interpretaría a un paciente epiléptico. Aunque por un tiempo se dijo que su debut cinematográfico sería en la cinta “Johnny Guitar” (1954), el mismo Hopper se encargó de desmentir dicho rumor asegurando que ni siquiera se encontraba en Hollywood cuando fue rodado el film.

Hopper debutaría en el cine con la cinta “Rebel Without a Cause” (1955), y posteriormente trabajaría en “Giant” (1956), ambas protagonizadas por el legendario James Dean, a quien Dennis admiraba inmensamente y con quien el actor desarrollaría una gran amistad. Es por este motivo que no resulta extraño que el entonces joven Hopper se viera fuertemente afectado por el fallecimiento de Dean en 1955, a causa de un accidente automovilístico. Esto provocó el que actor se comportara de manera errática durante algún tiempo, lo que estalló durante la filmación de “From Hell to Texas” (1958), donde Hopper se rehusaba a seguir las indicaciones del director Henry Hathaway. Debido a este incidente, Hopper se convirtió en una paria dentro del circuito hollywoodense, lo que lo condenó durante algún tiempo a protagonizar oscuras cintas serie B y a conseguir roles menores diversas series de televisión. De todas formas, el actor se las arreglaría para codearse con algunos de los artistas más famosos de aquel periodo. De hecho, en 1956 cuando Elvis Presley estaba filmando su primera película en Hollywood (“Love Me Tender”), Hopper era compañero de cuarto de Nick Adams, quien tenía un rol en aquella cinta. Gracias a esto, los tres se volvieron amigos y se les vio juntos en variados eventos sociales.


En 1961, Hopper contraería matrimonio con Brooke Hayward, con quien tendría una hija llamada Marin. Para ese entonces el actor ya consumía drogas y exhibía un comportamiento violento, por lo que su matrimonio sólo duró ocho años. Sin embargo, este matrimonio lo ayudaría a reactivar su carrera de una forma bastante inesperada; Debido a que la madre de Hayward, la actriz Margaret Sullivan, era amiga de John Wayne, este le dio un papel a Hopper en la cinta “The Sons of Katie Elder” (1965). Luego de obtener buenas críticas por su actuación en dicho film, Hopper consiguió una serie de roles que le valieron el beneplácito de la crítica pese a ser papeles menores, como por ejemplo el de Babalugats en la película “Cool Hand Luke” (1967), o el del ladrón de caballos en “True Grit” (1969), donde nuevamente compartió roles con John Wayne. Durante el rodaje de esta última cinta, Wayne acabó odiando a Hopper hasta el punto de aterrizar en el set en helicóptero en busca del actor con toda su ira desatada; “¿Dónde está ese maricón de Hopper? Quiero a ese rojo cabrón, ¿Dónde se ha escondido el muy comunista?”, vociferaría Wayne con revólver en mano aquel día. Hopper tuvo que permanecer escondido en una caravana ajena hasta que Wayne decidió irse.

En 1969 Hopper debutaría como director y guionista de lo que sería un estudio acerca de la contracultura reinante durante los sesenta en Norteamérica, y la tensión existente en el país. “Easy Rider” (co-escrita por Peter Fonda y Terry Southern) dio inicio a una nueva era del cine en Hollywood. La cinta se convirtió en un retrato de los excesos y los aspectos más oscuros de los sesenta; las historias del uso de drogas del elenco durante el rodaje del film hoy ya son legendarias. Hopper sería aclamado por su uso de la improvisación y por su innovador proceso de edición. Además sería el primer film en utilizar una banda sonora compuesta por hits de la época (incluyendo la archiconocida “Born to be Wild” de Steppenwolf), marcando una nueva tendencia. Es por esto que no resulta extraño que la cinta ganara el premio al Mejor Primer Trabajo en el Festival de Cannes, además de recibir dos nominaciones al Oscar, una al mejor guión original, y otra al mejor actor secundario la cual recayó en un joven Jack Nicholson. Sin embargo, es sabido que la realización de esta película resultó ser problemática debido a las diferencias creativas y personales entre Fonda y Hopper, ya que este último se encontraba en plena crisis matrimonial con Brooke Hayward, lo que aumentó su consumo de drogas y alcohol y lo llevó a encerrarse en la sala de edición.

El 31 de octubre de 1970, Hopper contraería matrimonio con la cantante Michelle Phillips, de la banda The Mamas and the Papas, con quien duraría casado sólo ocho días. A principios de los setenta, la Universal Pictures atravesaba un bache comercial bastante considerable. Los ejecutivos del estudio decidieron producir cintas independientes, intentando captar la atención de los adolescentes de la época. Como “Easy Rider” se había convertido en una suerte de punto de referencia para los realizadores independientes, los ejecutivos de la Universal le dieron a Dennis Hopper completa libertad para rodar lo que él quisiera. Aunque era sabido el problema que el actor tenía con las drogas, este era el hombre de moda en Hollywood por lo que la Universal pensó que el riesgo valía la pena. Su segunda película, “The Last Picture” (1971), es una metáfora acerca del fin del sueño americano ambientada en el rodaje de un western serie B en un poblado de Perú. Luego de las múltiples correrías por Perú con sus colegas Peter Fonda y Kris Kristofferson (donde la cocaína y las mujeres de mal vivir circulaban con alegría por el set), Hopper regresó a los Estados Unidos con más de 40 horas de material rodado. Durante el tumultuoso proceso de edición, el actor se concentró en Taos, Nuevo México, donde se dice que el mismísimo Alejandro Jodorowsky le ayudó a editar el film.

Pese a que “The Last Movie” ganó el premio de la crítica en el Festival de Venecia, en Estados Unidos fue masacrada por la crítica e ignorada por el público. Debido a este bullado fracaso y su cada vez más extraño comportamiento, Hopper nuevamente quedó confinado al limbo cinematográfico. En 1972, el actor contraería matrimonio con Daria Halprin, con quien se divorciaría luego de cuatro años y tendría una hija llamada Ruthanna. Durante el resto de la década de los setenta, Hopper fue capaz de mantener su alocado estilo de vida gracias a los roles que obtuvo en una serie de cintas de bajo presupuesto, algunas de los cuales fueron rodadas en Europa, donde por lo general interpretaba a “maniáticos atormentados”. Entre dichos films se encuentran “Mad Dog Morgan” (1976), “Tracks” (1976), y “The American Friend” (1977), entre otros. Sería de la mano del director Francis Ford Coppola y su película “Apocalypse Now” (1979), que Hopper pudo reactivar nuevamente su carrera gracias a su papel como un trastornado fotógrafo de guerra. Posteriormente Hopper ganaría nuevamente reconocimiento como director gracias a la cinta “Out of the Blue” (1980), la cual fue concebida como una seudo-secuela de “Easy Rider”, donde se mostraba que podría haber sucedió con los protagonistas de esta última luego de diez años de transcurrida la historia.

Inmediatamente después, Hopper protagonizó la cinta “Human Highway” (1982), cuyo rodaje tuvo que ser suspendido en múltiples ocasiones debido al impredecible comportamiento del actor. Según el periodista Peter Biskind, en ese entonces Hopper consumía más de tres gramos de cocaína al día, lo que complementaba con treinta cervezas, marihuana, y algunas Cubas Libres. Luego de montar un “intento de suicidio” en la Rice University Media Center, en el que utilizó un ataúd y 17 cartuchos de dinamita, para luego desaparecer en el desierto mexicano luego de una extravagante noche de juerga, Hopper entró a un programa de rehabilitación de drogas en 1983. Durante este periodo, la carrera de Hopper despegó notoriamente. No sólo obtuvo el beneplácito de la crítica por sus interpretaciones en las cintas “Rumble Fish” (1983), del director Francis Ford Coppola, y “The Osterman Weekend” (1983), de Sam Peckinpah, sino que además interpretaría uno de los papeles más icónicos de su carrera; el del sádico y demente gangster Frank Booth en el bizarro thriller de David Lynch, “Blue Velvet” (1986). Es sabido que luego de que Hopper leyera el guión de la cinta de Lynch, este llamó al director y le dijo: “¡Tienes que dejarme interpretar a Frank Booth, debido a que yo soy Frank Booth!”.

En 1986, Hopper también recibiría una nominación al mejor actor secundario por su actuación en el film “Hoosiers”. Dos años más tarde filmaría “Colors” (1988), un brutal retrato de la guerra entre la policía de Los Ángeles y las pandillas que aterrorizaban los suburbios de la ciudad. El director no sólo logró otorgarle un perturbador estilo documental a la historia, sino que además contó con la estupenda actuación de sus protagonistas, Robert Duval y Sean Penn. En 1989, Hopper se casaría por cuarta vez, en esta ocasión con Katherine LaNasa con quien duraría casado un poco más de un año y tendría un hijo llamado Henry Lee. Los próximos proyectos como director de Hopper no fueron bien recibidos por la crítica ni el público. Mientras que “The Hot Spot” (1990) pasó casi desapercibida, el thiller "Catchfire" (1990), protagonizado por Jodie Foster, se convirtió en objeto de pugna entre el director y el estudio, razón por la cual Hopper prefirió firmar bajo el seudónimo de Alan Smithee (el cual fue ocupado durante años por numerosos directores cuyas realizaciones no los dejaban satisfechos). Al año siguiente, el actor sería nominado al Emmy por su actuación en las cintas “Paris Trout” (1991) y “Doublecrossed” (1991), donde en esta última interpretó a Barry Seal, quien fuese traficante y informante de la DEA en la vida real.

Durante la década de los noventa, Hopper interpretó mayormente a villanos en cintas de dudosa calidad, como por ejemplo “Super Mario Bros” (1993), “Speed” (1994), y “Waterworld” (1995). Con la excepción de su cameo en “True Romance” (1993), y su participación en una de la temporadas de la serie de televisión “24” (2001-10), Hopper no obtendría roles demasiado interesantes durante el resto de su carrera. De hecho, gran parte de los trabajos cinematográficos que aceptó durante este periodo no tenían otro objetivo más que financiar sus otros intereses artísticos. Hopper era un prolífico fotógrafo, pintor y escultor. La pasión del actor/director por el arte se despertó al término de la Segunda Guerra Mundial, cuando su familia se mudó a Kansas City, Missouri, lugar donde Hopper encontró su nicho artístico en las clases sabatinas del Instituto de Arte de Kansas City. Durante los años en que estuvo exiliado de la industria cinematográfica, Hopper se convirtió en pintor y fotógrafo pasando por varios estilos que iban desde el impresionismo abstracto hasta el fotorealismo. En 1966 el actor creó el arte de la portada del álbum de Tina Turner, “River Deep Mountain High”. La última cinta del actor sería “The Last Film Festival” (2010), la cual aún no ha sido estrenada.

En 1996, Hopper se casó por quinta vez con Victoria Duffy, quien era 32 años más joven y con quien tuvo una hija, Galen Grier. Fiel a su naturaleza problemática, en enero del 2010 el actor presentó un pedido de divorcio tras catorce años de matrimonio, además de pedir una orden de restricción contra su esposa debido a considerarla “inhumana” y “volátil” (lo que no deja de ser irónico teniendo en cuenta la vida que llevó el actor). En octubre del 2009, a Hopper se le diagnosticó un avanzado cáncer a la próstata. Lamentablemente, el 29 de mayo del 2010, a los 74 años de edad, Dennis Hopper falleció a causa del cáncer que lo aquejaba. Como buen exponente de la época que le toco vivir, Hopper fue amante de los excesos y se autoproclamó como uno de los inventores de la nueva era hollywoodiense; “Yo llegué antes que todos los demás. Vi llegar a Lucas y a Spielberg y a Scorsese. Después; diecisiete años en los que no pude hacer nada, me impidieron hacer cine”. Los directores que trabajaban con él planificaban los rodajes según las drogas que tomaba y sus efectos. De esta manera no rodaban sus escenas después de comer (cuando el alcohol le hacía efecto) o le indicaban la droga a consumir según la intensidad de la escena a grabar. Al igual que su cinta más famosa, “Easy Rider”, Hopper se convirtió en sinónimo de rebeldía, drogas, rock, libertad, sexo, paz y hippismo. Pese a que antes de morir obtuvo su estrella en el paseo de la fama, que su carrera se extendió por más de cuatro décadas apareciendo en cientos de producciones, "lamentablemente" Dennis Hopper seguirá siendo recordado por un puñado de roles inolvidables, sus cinco matrimonios y su turbulenta vida personal, marcada por el abuso de las drogas y el alcohol.













por Fantomas.

lunes, 24 de mayo de 2010

Myrna Loy: La Reina del Hollywood de los treinta.

Myrna Adele Williams, más conocida como Myrna Loy, nació el 2 de agosto de 1905 en Radersburg, Montana. Hija de Adelle Mae y David Franklin Williams, Myrna fue nombrada en honor a un nombre de una estación de trenes que le gustó a su padre. Él, además de ser granjero, banquero y corredor de propiedades, a los 23 años de edad se convirtió en el hombre más joven en ser electo como gobernador del estado de Montana. Su madre en cambio, sentía una mayor atracción por el mundo artístico lo que la llevó a estudiar música en el Conservatorio Americano de Música de Chicago. Durante el invierno de 1912, la madre de Loy estuvo a punto de morir a causa de una neumonía, por lo que su padre las envió a La Jolla, California. Aunque Adelle intentó convencer a su esposo que se mudara a California de manera permanente para así tener un mayor control de las propiedades que poseía en el lugar, este prefería la vida campestre por lo que eventualmente los tres regresaron a Montana. Al poco tiempo después, la madre de Myrna tuvo que someterse a una histerectomía, razón por la cual ella, Myrna y su hermano David se mudaron a Los Ángeles, donde Myrna comenzaría a tomar clases de danza. Tras la cirugía, la familia regresó a Montana, y a los 12 años de edad Myrna tuvo su debut teatral; un musical coreografiado por ella el cual estaba basado en “The Blue Bird” perteneciente a la Rose Dream Operetta.

En noviembre de 1918, aún devastada por el fallecimiento de su padre, Myrna sintió que debía responsabilizarse de su madre y de su hermano. Poco después de este acontecimiento, la familia se mudó a Culver City donde Myrna y su madre pudieron dar rienda suelta a su sueño de convertirse en artistas. Además de asistir al exclusivo Westlake School para Señoritas, Myrna continuó estudiando danza y música. Cuando las maestras de su colegio se mostraron reacias a que ella continuara participando en las artes teatrales, Myrna se matriculó en la Venice High School cuando tenía quince años, lo que le permitió participar en algunas obras teatrales a nivel local. En 1921, Loy posó para el escultor Harry Winebrenner, dando como resultado una estatua titulada “Spiritual”, la cual hasta el día de hoy se encuentra situada en el frontis de la Venice High School. La joven abandonaría la secundaria cuando tenía 18 años para ayudar económicamente a su familia. Ella obtendría un trabajo como bailarina en el Egyptian Theatre, donde participaría en elaboradas secuencias musicales que servían como introducción a los films mudos que se proyectaban en el lugar. Durante este periodo, Myrna tendría la posibilidad de ver a la actriz Eleonora Duse en la obra “Thy Will Be Done”, cuyas sencillas técnicas actorales provocaron un fuerte impacto en la joven, al punto que intentaría emularlas a lo largo de su carrera.


Con el fin de promocionar el Egyptian Theatre, el fotógrafo Henry Waxman realizó una serie de fotografías en las cuales aparecía Myrna Loy. Paralelamente, Rudolph Valentino y su esposa Winifred Shaunnessy (quien era más conocida como Natacha Rambova) estaban buscando a una actriz que pudiera interpretar el rol protagónico en “Cobra” (1925), el primer proyecto independiente producido por el actor. Si bien Myrna se presentó al casting, el rol finalmente recayó en la actriz Gertrude Olmstead. Sin embargo, la experiencia despertó el interés de Loy por el cine. Ese mismo año, conseguiría un papel como extra en los films “The Wanderer” (1925) y “Pretty Ladies” (1925), donde en esta último participaría como una de las muchachas de un coro junto a la entonces novata Joan Crawford. Posteriormente se presentaría sin éxito al casting de la cinta “Ben-Hur” (1925), intentando conseguir el rol de la Virgen María. Sería gracias al pequeño rol que obtuvo en el film “What Price Beauty?” (1925), que Myrna Adele Williams logró llamar la atención de los ejecutivos de la Warner Bros, estudio en el que cambiaría su apellido a Loy. Ella firmó un contrato de siete años con el estudio, con un sueldo de $75 dólares a la semana.

Durante la época en que Loy trabajó en cintas de cine mudo, por lo general le tocó interpretar papeles de vampiresas o femme fatales. Su primer rol importante lo obtendría en el film “Across the Pacific” (1926), lo que la ayudaría a obtener roles más exóticos en cintas como “A Girl in Every Port” (1928), “The Crimson City” (1928), “The Black Watch” (1929), y “The Desert Song” (1929), entre otras. A la actriz le tomaría bastantes años poder desligarse del estereotipo en el que fue encasillada, y recién a fines de 1932 pudo demostrar su versatilidad en el film “Thirteen Women”. Previo a su participación en dicha cinta, Loy interpretó pequeños roles en un buen número de musicales como “The Jazz Singer” (1927), “The Show of Shows” (1929), “The Bride of the Regiment” (1930), y “Under a Texas Moon” (1930). Debido a su participación en estos films, el público comenzó a asociarla con roles musicales, lo que provocó que su carrera sufriera un duro revés. En 1929, a causa de la Gran Depresión, la actriz dejó la Warner y trabajó durante algún tiempo como agente libre. Durante este periodo, el productor de la MGM, Arthur Hornblow (quien posteriormente se convertiría en su primer esposo), le otorgaría a Myrna un papel en la cinta “The Devil to Pay” (1930), y a fines de 1931 la actriz firmaría un contrato con el estudio, tras lo cual participó en su primera comedia titulada “Love Me Tonight” (1932).

En esa época, Myrna Loy era el objeto de deseo de muchas estrellas hollywoodenses, entre los que se encontraban John Barrymore, Leslie Howard y Clark Gable. De hecho, en una ocasión Gable intentó besarla tras una noche de juerga. Al ver las intenciones del actor, Loy reaccionó empujándolo hacia unos arbustos que estaban en el patio de su casa. Y es que durante ese periodo, Myrna estaba involucrada sentimentalmente con Arthur Hornblow, quien constantemente le aseguraba que estaba haciendo lo posible por divorciarse de su esposa en ese momento. En 1934 ella participó en la cinta de gánsteres, “Manhattan Melodrama”, la cual es recordada debido a que John Dillinger fue baleado por los agentes del FBI cuando este se escabulló del cine donde estaban proyectando el film. El gran salto en la carrera de la actriz llegaría ese mismo año, cuando co-protagonizó con William Powell la cinta de detectives, “The Thin Man”, la cual estaba basada en una novela de Dashiell Hammett. La historia de cómo la actriz fue seleccionada para interpretar el papel de Nora Charles no deja de ser curiosa; en una de las tantas fiestas hollywoodenses a las que asistía en ese entonces, el director W. S. Van Dyke la empujó a una piscina para ver cuál sería su reacción. Su aplomo al momento de enfrentar la situación resultó ser justo lo que el director estaba buscando.

Pese a que Louis B. Mayer se resistía a la idea de que Loy interpretara el papel debido a que consideraba que era una actriz dramática, Van Dyke logró llegar a un acuerdo con la cabeza de la MGM; no sólo filmaría la cinta en tres semanas, sino que también le pidió a Loy que se comprometiera a filmar el drama “Stamboul Quest” (1934). Para sorpresa de muchos, “The Thin Man” resultó ser todo un éxito, y la actuación de Myrna Loy fue alabada por la crítica. El film además resultó ser el inicio de la lucrativa sociedad entre la actriz y William Powell, quienes trabajaron juntos en catorce cintas convirtiéndose en una de las parejas más prolíficas de la historia de Hollywood. Luego de participar en más de 80 películas como vampiresa o mujer exótica, Myrna se convirtió en la “esposa perfecta”. Incluso se formaron clubes que expresaban abiertamente su deseo de convertir a la actriz en su esposa. En cuanto a los planes de matrimonio de Loy, ella aún estaba esperando que Arthur Hornblow se divorciara. Pese a su reciente popularidad, la actriz sentía que la MGM no estaba velando por sus intereses. No ganaba ni la mitad del salario que recibía William Powell, por lo que luego de viajar a Europa con Hornblow ella retornó a Nueva York y no a Hollywood. Tras un año alejada de la gran pantalla finalmente consiguió lo que deseaba; Louis B. Mayer le subió el sueldo y le otorgó un bono de $25.000 dólares.

Myrna pronto se puso a trabajar en una serie de cintas como “Whipsaw” (1935) con Spencer Tracy, “Wife vs. Secretary” (1936) con Clark Gable, y “The Great Ziegfeld” (1936) con William Powell. Por otro lado, Arthur Hornblow finalmente obtuvo el divorcio tras lo cual se casó con la actriz en México, el 27 de junio de 1936. Entre 1934 y 1939, Myrna Loy realizó 21 películas, incluyendo “Parnell” (1937) con Clark Gable. Durante el lanzamiento de la cinta, Gable y Loy fueron votados como el Rey y la Reina de las películas. Más de veinte millones de personas participaron en la encuesta que convirtió a la pareja de actores en soberanos de Hollywood. Como era de esperarse, en la MGM quisieron aprovechar la creciente popularidad de la pareja, por lo que los reunieron en las cintas “Test Pilot” (1938) y “Too Hot to Handle” (1938). En el verano de 1939, Myrna y su marido se fueron a Europa por tres semanas. En su viaje se toparon con la amenaza de la guerra en todos los lugares que visitaron. Cuando la guerra estalló, Myrna participó en una serie de actividades que tenían como objetivo recaudar dinero para organizaciones como la Cruz Roja. Durante ese periodo, su matrimonio estaba pasando por una crisis debido a que no podía pasar mucho tiempo junto a su marido, quien era sumamente controlador y perfeccionista. Esto provocó que la actriz se divorciara en marzo de 1942.

Seis días después de su divorcio con Arthur Hornblow, Loy contrajo matrimonio con John Hertz Junior. Él era un publicista que provenía de una familia bastante adinerada, y había estado cortejando a la actriz apenas esta obtuvo el divorcio. Debido a lo vulnerable que se sentía Myrna en aquel entonces, le resultó difícil resistirse a los encantos de Hertz. Lamentablemente para ella, su nuevo matrimonio y su excesiva actividad social durante la guerra la alejaron por un tiempo del trabajo en los estudios. Su nuevo esposo no deseaba que siguiera trabajando en el cine, y por un tiempo Myrna no tuvo objeciones al respecto. Sin embargo, la actriz continuó su labor social visitando mayormente hospitales militares. No pasaría mucho tiempo antes de que Loy se percatara de que su nuevo marido era neurótico, posesivo y abusivo. Eventualmente ellos se separarían y la actriz regresaría a Hollywood para comenzar a trabajar en “The Thin Man Goes Home” (1945). En 1945, Myrna comenzaría una relación con el Comandante Gene Markey, quien había estado casado anteriormente con Joan Bennett y Hedy Lamarr. Ellos contrajeron matrimonio en 1946, y ese mismo año Myrna abandonó la MGM luego de trabajar durante 15 años en el estudio. A su gusto, hacía bastante tiempo que los ejecutivos del estudio la habían dejado de lado, por lo que no le ofrecían roles que despertaran su interés.

El primer rol que obtendría la actriz luego de abandonar la MGM sería el de Milly en la cinta “The Best Years of Our Lives” (1946). Según la misma actriz, este sería uno de los roles más importantes de su carrera. Posteriormente trabajaría con Cary Grant en los films “The Bachelor and the Bobbysoxer” (1947) y “Mr Blandings Builds His Dream House” (1948). Como Loy era una democrata declarada, ella fue una de las primeras actrices que fue acusada de tener nexos con el Partido Comunista durante la caza de brujas llevada a cabo por el Senador McCarthy. Myrna incluso apareció en una lista publicada por el Hollywood Reporter, de la cual sólo fue eliminada luego de presentar una demanda por un millón de dólares contra el periódico. Loy junto a otros actores decidieron combatir el accionar del Comité de Actividades Antiamericanas formando el Comité de la Primera Enmienda. Mientras se encontraba luchando contra la caza de brujas en Hollywood, la actriz se hizo amiga de Jan Masaryk, el líder demócrata cuyo país (la entonces Checoslovaquia) estaba siendo dominado lentamente por los comunistas. Luego de su muerte (un supuesto suicidio que posteriormente se convirtió en asesinato), Myrna comenzó a trabajar para la Asociación Americana para las Naciones Unidas. Además se involucró con la labor de la UNESCO, lo que de seguro le trajo más de una satisfacción.

Paralelamente, ella y su marido Gene Markey fundaron a fines de los cuarenta la Charter Films, su propia compañía de producción. Desafortunadamente, su matrimonio comenzó a tener problemas debido a los numerosos amoríos de Markey, por lo que terminaron divorciándose en 1950. Luego de filmar en Europa la cinta “If This Be Sin” (1949), del director Alexander Korda, Loy aprovechó de viajar por Europa y continuar colaborando con la UNESCO, hasta que eventualmente regresó a Hollywood para filmar “Cheaper By the Dozen” (1950). Luego retornaría a Europa, donde comenzaría una relación sentimental con Howland Sargeant quien era parte de la delegación de la UNESCO. Cuando regresó a los Estados Unidos en junio de 1950, Myrna se estableció en Washington y Nueva York, donde continuó visitando hospitales y contrajo matrimonio con Sargeant el primero de junio de 1951. Durante el resto de la década, Loy participó en algunas series de televisión y en unos pocos films, dándole mayor importancia a su labor en la Naciones Unidas, y a su participación en política. Tras ocho años de matrimonio, ella se divorciaría de Howland Sergeant.

Luego de años intentando persuadirla, en 1963 Myrna Loy aceptó trabajar durante el verano en una obra teatral. Dicha obra sería “Marriage-go-Round”, y la actriz se mostraría bastante insegura de sus condiciones. Sin embargo, lograría demostrar su talento actoral y con el transcurso de los años siguió trabajando en teatro. De hecho, en 1973 debutaría en Broadway con la obra “The Women”, y posteriormente fundaría la American Place Theatre, una fundación sin fines de lucro cuyo objetivo era ayudar en el desarrollo de nuevos escritores. Ella continuó trabajando en cine y televisión, siendo su último largometraje la comedia “Just Tell Me What You Want” (1980). Myrna Loy fallecería el 14 de diciembre de 1993, debido a algunas complicaciones que sufrió durante una cirugía. Al igual que otros prestigiosos actores como Cary Grant, ella nunca recibió un Oscar por ninguno de los roles que interpretó en las más de cien películas en las cuales participó. Sin embargo, en 1991 recibió un Oscar honorario en reconocimiento por sus “extraordinarias cualidades, tanto en la pantalla como fuera de ella, las cuales demostró en un sinnúmero de inolvidables interpretaciones”. Myrna Loy dedicó su vida a realizar múltiples actividades, invirtiendo siempre la misma cantidad de entusiasmo y entrega. Ella fue una mujer trabajadora, leal a sus amigos y a las causas que creía justas, demostrando que no sólo era una actriz glamorosa, sino que también era un ser humano excepcional.



por Fantomas.

lunes, 17 de mayo de 2010

Costa-Gavras: Un realizador y su aguda visión de la sociedad.

Constantin Gavras, más conocido como Costa Gavras, nació el 13 de febrero de 1933 en Loutra Iraias, Grecia. Criado en el seno de una familia pobre, pasó la Segunda Guerra Mundial en un pueblo en el Peloponeso, tras lo cual se trasladó a Atenas. Su padre quien había sido miembro de ala izquierda EAM, una rama de la Resistencia Griega, fue encarcelado luego de la guerra debido a su nexo con el comunismo. Por este motivo, Costa Gavras no pudo asistir a la universidad o emigrar a los Estados Unidos, por lo que tras terminar la escuela secundaria se marchó a Francia, donde comenzó a estudiar literatura en 1951. Durante su adolescencia, Gavras se había interesado brevemente por la danza antes de comenzar a pensar en estudiar literatura y convertirse en escritor. Sin embargo, durante su estadía en Francia él descubriría el cine y sus posibilidades. Encantando por esta nueva forma de comunicación, en 1956 Gavras abandonó sus estudios universitarios para ingresar a la Escuela Nacional de Cine de Francia (IDHEC).

Tras pasar por la escuela de cine, Costa Gavras trabajaría durante casi diez años como ayudante de prestigiosos directores como Yves Allègret, René Clair y Jacques Demy. En 1958 debutaría como director con el corto “Les rates”, y a mediados de los sesenta, una vez que ya había obtenido la nacionalidad francesa, realizaría su primer largometraje titulado “The Sleeping Car Murder” (1965), gracias a la ayuda prestada por algunos de sus amigos actores que accedieron a participar en el film sin cobrar sueldo. El proyecto se iniciaría de manera casi accidental. Mientras esperaba trabajar como asistente de René Clément en la cinta “Le jour et l´heure” (1963), Costa Gavras leyó la novela “Compartiment tueurs” del escritor Sébastien Japrisot, tras lo cual rápidamente pensó en adaptarla. A modo de ejercicio, Gavras le pidió a una mujer que trabajaba en el estudio que transcribiera el guión que él había creado. La mujer sorprendida por la calidad de la historia, le entregó el guión a Clément quien incentivó a Gavras a llevar a cabo el proyecto. Pese al miedo que le provocó toda la idea, Gavras vio la adaptación como una forma de aprender la profesión de director. “The Sleeping Car Murder” se presentaría como un thriller opresivo que mostraba los aspectos más siniestros del entorno cotidiano. Dicho rasgo se repetiría en gran parte de la filmografía posterior del director.


Tras filmar “Un homme de trop” (1967), donde la resistencia francesa se presenta como un mero telón de fondo frente al análisis de las relaciones humanas y la turbiedad moral que puede ocultar una persona aparentemente inofensiva, Costa Gavras filma “Z” (1969), en la cual un juez interpretado por Jean-Louis Trintignant, trata de descubrir la verdad sobre la muerte de un prominente político de izquierda (Yves Montand), mientras los oficiales del gobierno y los militares intentan cubrir sus participaciones en el hecho. La película no hace más que relatar una serie de eventos ficticios alrededor de la muerte del político griego Grigoris Lambrakis en 1963, aunque no es utilizado ninguno de los nombres de los reales involucrados. Sin embargo, la cinta tuvo una gran repercusión debido a que al momento de su lanzamiento, Grecia llevaba dos años gobernada por el “Régimen de los Coroneles”. Además Costa Gavras se encargó de dejar en claro que todo parecido del film con hechos reales era absolutamente intencional. “Z” no sólo ganaría el Premio del Jurado del Festival de Cannes, sino que también ganaría el Oscar a la mejor película extranjera y a la mejor edición.

Debido al éxito de “Z”, Costa Gavras recibiría múltiples ofertas de algunos estudios hollywoodenses que buscaban que el realizador se hiciera cargo de algunos proyectos. Sin embargo, al director no le gustaba el sistema de los estudios que obligaba a directores y actores a firmar contratos por una cantidad determinada de años. Esto sumado al hecho de que no estaba familiarizado con el país y que no recibió ninguna historia que le interesara filmar, convenció al director que era mejor permanecer en Francia donde tendría mayor libertad para seleccionar sus proyectos. El próximo film del director, “The Confession” (1970), sigue los pasos de Artur London (nuevamente Yves Montand), un ministro comunista checoslovaco arrestado y juzgado por traición y espionaje en un proceso con fines propagandísticos durante la era estalinista. Tanto “Z” como “The Confession” forman parte de la llamada “trilogía política” del director la cual culminaría con “State of Siege” (1972), la cual está basada en el caso del oficial de policía norteamericano experto en torturas Dan Mitrione, quien fue secuestrado en Uruguay por los Tupamaros, un grupo subversivo de izquierda, los cuales lo interrogaron para revelar detalles secretos de la complicidad de los Estados Unidos con los regímenes represivos que poblaron la América Latina de los sesenta y setenta.

“State of Siege” sería rodada en Chile con la ayuda del gobierno de Salvador Allende. Como si se tratara de un cierto elemento predictivo, a los pocos meses que el director y su equipo de filmación abandonaran el país, Augusto Pinochet dio un golpe de estado con la ayuda del gobierno norteamericano. En “Section spéciale” (1975), Costa Gavras se centra en los abusos de los tribunales de Vichy durante la ocupación nazi de Francia. Tras este film, el director da un inesperado giro con una película de corte sentimental e intimista titulada “Clair de femme” (1979), la cual estaba basada en una novela de Romain Gary. Esta sería la última película que Costa Gavras realizaría con Yves Montand, con quien durante el transcurso de los años había entablado una fuerte amistad marcada por una serie de ideas políticas en común. A principios de los ochenta, el director tuvo la oportunidad de leer la novela “The Execution of Charles Horman”, del escritor Thomas Hauser, la cual está basada en la desaparición del periodista norteamericano Charles Horman en el Chile gobernado por la dictadura de Pinochet. Sería este el proyecto que finalmente atraería al director a la industria hollywoodense. Tras convencer a algunos productores de adaptar sólo las últimas 70 páginas de la novela, Costa Gavras comenzó a prepararse para filmar la que sería su primera cinta hollywoodense.

En “Missing” (1982), Ed Horman (Jack Lemmon) y su esposa Beth (Sissy Spacek), buscan en vano determinar la suerte que corrió su hijo tras el golpe de estado ocurrido en Chile en 1973. La película fue filmada en Mexico bajo el más estricto secreto, y al momento de su estreno causó una gran polémica ya que ponía en tela de juicio la actuación de los agentes del gobierno estadounidense y la responsabilidad de la CIA en ese golpe de estado. La extrema derecha de los Estados Unidos exigió que el director, catalogado de “ese comunista europeo”, no trabajara más en el país. El director además enfrentaría una demanda impuesta por Nathaniel Davis, embajador norteamericano en Chile desde 1971 hasta 1973, quien aparece retratado en la película bajo un nombre diferente. La demanda por 150 millones de dólares, eventualmente sería desestimada. Pese a todos los problemas que tuvo que enfrentar el film, este sería aplaudido por la crítica quien le otorgaría la Palma de Oro al director, además del Oscar al mejor guión adaptado. Durante este periodo, el director tendría un fugaz paso como presidente de la Cinemateca Francesa.

Su próximo film sería “Hanna K.” (1983). La génesis de dicho proyecto fue la preocupación del director por los conflictos de la mujer moderna. “Tanto Franco Solinas, con quien escribí el guión, como yo vivimos con mujeres. Hemos visto cómo han ido conquistando libertades, pero también cómo esas libertades han traído para ellas nuevas esclavitudes. Nos interesaba en esa época también el problema de Oriente Próximo, y después se fundieron hasta hacer una sola historia", declararía en una ocasión Costa Gavras con respecto a lo que lo motivó a realizar esta película. Si bien las anteriores películas del director habían estado basadas en hechos reales, en esta ocasión expresa su opinión acerca de un conflicto político a través de una historia completamente ficticia. Según Gavras; "Lo que inquieta a los detractores de esta película es que al final ambas partes, israelíes y palestinos, tienen la razón. La mayoría de la gente está acostumbrada a pensar que si una de las partes lleva la razón, la opuesta no puede tenerla. Yo propongo que para llegar a una verdadera solución pacífica se debe empezar por considerar que ambas partes tienen razones de peso, y a partir de ello se puede iniciar un diálogo".

“Conseil de famille” (1986) es considerado como un film atípico en la filmografía del director ya que es un relato policial desprovisto de las habituales preocupaciones socio-políticas tan propias del cine de Costa Gavras. Sin embargo, bajo una aparente comedia familiar de ladrones se esconde un discurso sobre la estructura de poder presente en la familia. En su próxima cinta, “Betrayed” (1988), volvería a tocar los temas sociales centrándose en esta ocasión en el racismo latente en la Norteamérica profunda. Con “Music Box” (1989), el director retoma el tema de los nazis y su integración en la sociedad norteamericana tras la Segunda Guerra Mundial. La historia basada en el caso de John Demjanjuk, presenta a un respetado ciudadano norteamericano interpretado por Armin Mueller-Stahl, el cual es acusado de ser un criminal de guerra nazi. Tras participar en el film “Contre l´oubli” (1991), donde dirigió el segmento “Pour Kim Song-man, Corée”, Costa Gavras filmó “Le Petite Apocalypse” (1993), cinta que aparece como un punto de inflexión en su trayectoria cinematográfica; se trata de una dura sátira en torno a los revolucionarios de Mayo de 1968 y su progresivo ascenso en la escala social capitalista gracias al poder propagandístico de los medios masivos de comunicación.

En 1995 el director participaría en la cinta “A propos de Nice, la suite”, donde filmaría el segmento “Les Kankobals”, y en el proyecto “Lumière et compagnie” el cual tenía por objetivo conmemorar los cien primeros años del cine. En dicha cinta participaron cuarenta renombrados directores, donde cada uno filmó un corto de 52 segundos de duración, con la cámara que usaron los hermanos Lumière en 1895. “Mad City” (1997) marcaría el regreso de Costa Gavras a la industria hollywoodense. En dicho film, John Travolta interpreta al guardia de un museo quien tras perder su trabajo, toma como rehenes a un grupo de escolares que se encontraban al interior del establecimiento. Dustin Hoffman por su parte, interpreta a un reportero de televisión que manipula la situación con el fin de obtener una historia que logre impulsar su carrera. La cinta, la cual servía de crítica al manejo que la prensa le daba a ciertas noticias, resultó ser un fracaso de taquilla. Curiosamente, aquellas cintas en las cuales el director se alejó del “cine político” fueron sistemáticamente rechazadas por el público y la crítica. Luego de este fracaso, Gavras se mantendría alejado del cine durante algunos años hasta que el 2002 regresó con “Amen”, film parcialmente basado en la controversial obra teatral de Rolf Hochhuth, “Der Stellvertreter, Ein christliches Trauerspiel” (El Diputado, una Tragedia Cristiana).

La película alega que el Papa Pío XII estaba consciente de la situación apremiante de los judíos en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, pero no tomó ningún tipo de acción pública para condenar el Holocausto. Dicho tema continúa siendo controversial, lo que queda demostrado con la negativa por parte del Vaticano a abrir a los historiadores todos los archivos relacionados con el conocimiento del Papa sobre los hechos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial. La próxima cinta del director sería “Le couperet” (2005), la cual estaría basada en una novela de Donald Westlake. El film denuncia la deshumanización de una sociedad sustentada en un modelo económico que enfrenta a los seres humanos para conservar su puesto de trabajo. Según el director, “las decisiones empresariales han dejado de respetar a los mandos intermedios de las sociedades y sólo importa el beneficio de los accionistas. Si bien la película es una tragedia, en las tragedias siempre hay comedia, y si hay humor, existe una esperanza”. La idea que dio vida al último trabajo del director hasta la fecha, “Eden is West” (2009), surgió luego de que este analizara gran parte de las películas acerca de inmigrantes que se habían realizado hasta el momento.

A su parecer, dichas películas eran en extremo dramáticas, y los inmigrantes no sólo vivían momentos dramáticos. Con respecto a esto, Costa Gavras declararía en una entrevista: “Los inmigrantes viven una vida dramática, pero no son personas que traen dramas a nuestra sociedad. Por este motivo quise realizar una película que mostrara a los inmigrantes bajo una cierta luminosidad especial”. Gavras junto a Jean-Claude Grumberg le darían forma a dicha idea, dando como resultado un film que bien podría ser considerado como la historia de cualquiera de los cientos de inmigrantes que cada año llegan a Europa en busca de una vida mejor. Durante su carrera, Costa Gavras ha tratado temas internacionales, algunos urgentes, otros meramente problemáticos, y ha hecho esto en la tradición de la narración cinematográfica. Ley y justicia, opresión, violencia legal e ilegal, y tortura son temas comunes en sus trabajos, especialmente relevantes en sus primeras películas, demostrando que es un experto en el cine de “exposición”, una forma de arte que ha ido desapareciendo lentamente de la industria cinematográfica debido al reinado del cine comercial. Muy pocos directores a lo largo de la historia han logrado convertirse en referentes intelectuales del ámbito europeo, generando con sus declaraciones y películas numerosas controversias políticas y sociales capaces de alcanzar resonancia mundial. Es ahí donde reside la importancia del cine de Costa Gavras, cuyo contenido nunca ha dejado indiferente a nadie, y que con el paso de los años se ha convertido en un verdadero testimonio histórico cuyo fin no es más que mostrarse en contra de la intolerancia, la represión y la falta de libertades, procedan de donde procedan.



por Fantomas.

lunes, 10 de mayo de 2010

Ray Milland: Un actor tristemente subvalorado.

Reginald Alfred John Truscott-Jones, más conocido como Ray Milland, nació el tres de enero de 1907, en Neath, Gales. Antes de convertirse en actor, él fue miembro de la Guardia Real Británica. Debido a que era un tirador experto, se convirtió en miembro del equipo de tiradores de su compañía, ganando un buen número de prestigiosas competencias. Su estadía en la Guardia Real además le serviría para convertirse en un avezado jinete, habilidad que posteriormente utilizaría en algunas de sus cintas. Cuando cumplió cuatro años de servicio en el ejército, Milland decidió probar suerte en la actuación. En su autobiografía “Wild-eyed in Babylon”, el actor recuerda la discusión que tuvo con su agente respecto al cambio de su nombre antes de entrar a la industria cinematográfica británica; “La verdad es que no me importa cómo me llames. Pero debes mantener la inicial ´R´ debido a que mi madre la ha grabado en mis maletas. Pero si tu no vienes con algo pronto, voy a empacar mis maletas y voy a volver a la tierra de los molinos (mill-lands) de donde provengo” Desde ese momento, Reginald Truscott-Jones pasaría a ser conocido como Ray Milland. Su debut cinematográfico sería en la cinta “The Plaything” (1929).

Al mismo tiempo que participaba con papeles secundarios en algunas películas producidas por la British International Pictures, Milland trabajaba en el teatro. Precisamente, él sería descubierto por un buscador de talentos hollywoodense mientras estaba participando en una obra teatral en Londres. Gracias a esto, en 1930 Milland emprendió viaje a norteamérica donde participaría como extra en dos films de la Metro-Goldwyn-Mayer, antes de ser contratado por la Paramount Pictures. Durante un buen tiempo, Milland interpretaría papeles secundarios en más de veinte films, entre los que se destacan “Blonde Crazy” (1931), “Charlie Chan in London” (1934), y “The Glass Key” (1935). En 1936, Milland participaría en la comedia “The Big Broadcast of 1937”, y en la cinta de aventuras “Jungle Princess”, las cuales comenzarían a cimentar su camino al estrellato. Debido a su apariencia y a su seductora voz, durante la década de los treinta Milland interpretó mayormente a estirados galanes en una serie de comedias livianas y dramas como “Three Smart Girls” (1936), “Easy Living” (1937), y “Hotel Imperial” (1939). Durante la filmación de esta última cinta, el actor sufrió un accidente que casi le costó la vida. Una de las escenas en las cuales participaba requería que su personaje liderara a un grupo de jinetes a través de un pequeño pueblo. Al ser un jinete experto, Milland insistió en participar en la escena. Tal y como estaba escrito en el guión, el actor saltó con su caballo con la mala suerte que su montura se soltó, enviándolo por los aires contra una pila de troncos. Milland pasaría varias semanas hospitalizado debido a las múltiples fracturas que sufrió debido al accidente.


Sin lugar a dudas, la cinta más recordada de la primera etapa del actor sería el film de aventuras “Beau Geste” (1939), la cual además contaría con la participación de Gary Cooper, Robert Preston, y Brian Donlevy. El éxito de “Beau Geste” (cinta que suele ser reconocida como el mejor film acerca de la legión extranjera jamás filmado) ayudó a impulsar las carreras de todos los involucrados. Pese a esto, Milland seguiría interpretando roles secundarios en diversos films durante los siguientes tres años. Cuando el actor se encontraba filmando el drama bélico “I Wanted Wings” (1941), junto a William Holden y Brian Donlevy, acompañó a un piloto a probar un aeroplano que se iba a utilizar en la cinta. Cuando se encontraban en el aire, Milland quiso realizar un salto en paracaídas (el actor era un ávido paracaidista aficionado), pero cuando estaba a punto de saltar, el piloto se percató que se estaba acabando el combustible por lo que debían aterrizar de emergencia. Una vez que habían aterrizado en el hangar, Ray comenzó a relatar sus deseos de lanzarse en paracaídas. Mientras lo hacía, el encargado del vestuario se puso pálido. Cuando le preguntaron que le sucedía, este le dijo al actor que el paracaídas que él había puesto en el avión era sólo de utilería.

Ya para 1942, Milland había demostrado con creces que era capaz de sobrellevar roles secundarios, por lo que deseaba que se le otorgara la oportunidad de interpretar un papel protagónico. Dicha oportunidad la obtendría en la cinta “Reap the Wild Wind” (1942), del director Cecil B. DeMille, la cual estaría coprotagonizada por John Wayne. El drama de marineros es interesante por varios motivos, principalmente por el hecho de que es la única cinta donde John Wayne no sólo pierde a la chica a manos de su rival (Milland), sino que además pasa de héroe a villano. Su actuación en este film le permitiría conseguir otros roles protagónicos en cintas como “Lady in the Dark” (1944), “The Uninvited” (1944), y “Ministry of Fear” (1944). Cuando la Segunda Guerra Mundial comenzó, Milland intentó enlistarse en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, pero fue rechazado debido a un problema que presentaba en su mano izquierda. Debido a esto, el actor trabajó como instructor de vuelo para el ejército, y se sumó a una gira de la United Service Organization en 1944.

A mediados de los cuarenta, Milland se había posicionado como un actor confiable en la industria hollywoodense, pero aún no era considerado como un gran actor. Sin embargo, eso estaría a punto de cambiar. En 1944, el director Billy Wilder escogió a Ray Milland para interpretar al escritor alcohólico que protagoniza la cinta “The Lost Weekend” (1945). Virtualmente todos en Hollywood le insistieron al director que Milland no era el actor indicado para el papel, y que probablemente su participación en la cinta afectaría sus resultados de taquilla. Incluso el mismo Milland llegó a dudar de sus capacidades como actor, pues sabía que el papel era increíblemente demandante. Pero Wilder no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer, por lo que convenció al actor de que el rol probablemente le valdría el Oscar al mejor actor. El tiempo demostraría que la elección del director había sido la correcta. La actuación de Milland fue realmente sorprendente. Durante la filmación de “The Lost Weekend”, el actor subsistió a base de pan tostado y café para adquirir el aspecto demacrado que el papel requería. Además pasó bastante tiempo en la sala de recuperación del hospital Bellevue investigando para el rol. Tanto el film como la preparación de Milland establecieron un nuevo estándar en la industria hollywoodense, lo que obviamente le valió el beneplácito de la crítica. Además de ganar el Oscar al mejor actor, Milland ganó un Globo de Oro por su participación en el film. La cinta por su parte, ganó cinco premios Oscar en total, incluyendo mejor película y mejor director para Wilder.

Durante el resto de la década de los cuarenta y principios de los cincuenta, Milland continuó consolidando su carrera como actor en films de cine negro como “The Big Clock” (1948), “The Thief” (1952), y “The Girl in the Red Velvet Swing” (1955), y en cintas de suspenso como “Dial M for Murder” (1954), del director Alfred Hitchcock, donde tuvo la oportunidad de trabajar junto a Grace Kelly. Además trabajó junto a Gene Tierney en el drama “Close to my Heart” (1951), el cual relataba el proceso que debía seguir una pareja con el fin de adoptar a un niño; la cinta no sólo puso sobre el tapete el debate de “la crianza versus la paternidad”, sino que además abrió la discusión acerca del proceso de adopción. Para el actor el tema no le era desconocido debido a que años antes había adoptado a una niña a la que llamaría Victoria. Ray Milland se mantuvo ocupado con diversos proyectos durante las siguientes décadas, pero la calidad de sus trabajos nunca alcanzaría el nivel de las producciones en las que participó durante el periodo comprendido entre fines de los treinta a finales de los cincuenta. Durante la segunda mitad de los cincuenta, el actor trabajaría mayormente en televisión, marcando el inicio del declive de su carrera. Sin embargo, durante este periodo Milland aprovecharía de incursionar como director tanto en el cine como en la televisión, debutando en este ámbito con la cinta “A Man Alone” (1955). En total Milland dirigiría cinco largometrajes entre 1955 y 1968, siendo el más exitoso de estos la cinta de ciencia ficción, “Panic in Year Zero!” (1962).

Se dice que la principal razón por la cual Milland fue dejado de lado por los grandes estudios, fue la calvicie que lo aquejó a temprana edad. Durante la filmación de “Reap the Wild Wind” (1942), el personaje interpretado por el actor tenía el cabello rizado. Como el cabello de Milland era liso, los estilistas del estudio utilizaron una serie de fierros calientes para rizarle el cabello. Años más tarde, el actor sintió que este procedimiento había sido el responsable de su calvicie prematura, la que finalmente lo forzó a dejar los papeles protagónicos para regresar a los roles secundarios antes de lo que él lo hubiese deseado. Con la edad, la apariencia de galán de matiné de Ray Milland se desvaneció para dar paso a una imagen más siniestra que le sirvió para participar en una serie de cintas de horror y ciencia ficción de bajo presupuesto durante los sesenta. Fue así como participó en algunas producciones de la American International Pictures como por ejemplo “Premature Burial” (1962) y “The Man With the X-Ray Eyes” (1963), y en el telefilme “Daughter of the Mind” (1969), el cual marcó su segunda colaboración con Gene Tierney. Durante los setenta, Milland continuaría trabajando en films serie B de dudosa calidad como “Frogs” (1972), y “The Things With Two Heads” (1972), y esporádicamente participaría con roles secundarios en cintas de mayor presupuesto como “Love Story” (1970), y “Escape to Witch Mountain” (1975).

La última etapa de su carrera estaría marcada por su participación en diversas series de televisión y en cintas de bajo presupuesto, siempre interpretando roles secundarios. Su último film sería “The Masks of Death” (1984), el cual presentaba a un jubilado Sherlock Holmes interpretado por Peter Cushing. Ray Milland fue uno de los actores más prolíficos de su generación. Participó en más de cien películas de diversos géneros, trabajó varios años en el medio televisivo, y además se dio el lujo de dirigir algunos largometrajes. A este actor poco le importaba si el proyecto en el que estaba participando estaba amparado por los grandes estudios o era una producción independiente; siempre procuró dar lo mejor de sí, imprimiéndole credibilidad y elegancia a cada uno de los roles que interpretó. A diferencia de muchas estrellas hollywoodenses de la época, Milland llevó una vida tranquila junto a su esposa Malvina Webber, con quien estuvo casado durante 54 años, y sus hijos Victoria y Daniel. Ray Milland falleció el 10 de marzo de 1986 debido al cáncer al pulmón que lo aquejaba. Atrás dejó una carrera admirable y un legado marcado por más de una docena de actuaciones memorables.



por Fantomas.

lunes, 3 de mayo de 2010

Series de Televisión: "Charlie´s Angels", mujeres, detectives, e iconos culturales.

Para el productor Aaron Spelling, la década de los setenta sería en extremo productiva. Bajo el alero de la cadena ABC, Spelling desarrolló un buen número de exitosas series policiales como por ejemplo “S.W.A.T.” (1975-76), y “Starsky and Hutch” (1975-1979), entre otras. Pese a esto, el productor no se quedaría mucho tiempo con los brazos cruzados. Si bien lograría que la ABC apoyara tres nuevas seriales del género policial, la más exitosa de estas seria la recordada “Charlie´s Angels” (1976-81). Este show nacería a partir de un guión escrito por Ivan Goff y Ben Roberts cuyo título era “Alley Cats”. Dicho guión relataba la historia de tres hermosas ex-oficiales de policía las cuales abandonan sus mundanas actividades para comenzar a trabajar como investigadoras privadas para un solitario millonario, a quien nunca llegan a ver en persona. Este millonario llamado Charlie Townsend simplemente se limita a comunicarse con sus asistentes por medio de un altavoz ubicado en su oficina de Beverly Hills, tras lo cual sus “ángeles” salen a trabajar. Fred Silverman, quien era el jefe de programación de la ABC en ese entonces, dio inicio a la producción del piloto “Alley Cats” a principios de 1976. Lamentablemente, aún cuando el título del piloto fue cambiado a “Charlie´s Angels”, este obtuvo tan malos resultados en las exhibiciones de testeo que Silverman desechó la idea de desarrollar una serie.

Sin embargo, al parecer el proyecto estaba bendecido ya que cuando la ABC se vio en la obligación de encontrar un proyecto que pudiera rellenar un agujero de dos horas que tenía la parrilla programática de la primavera de 1976, “Charlie´s Angels” fue rápidamente rescatado de los archivos de la cadena. El piloto sería transmitido el 21 de marzo de ese año, y para sorpresa de los ejecutivos de la ABC, este resultó ser un éxito. Al día siguiente, Silverman ordenó la realización de la primera temporada de la serie la cual pasaría a formar parte de la parrilla programática invernal de la cadena. El proceso de casting tuvo mucho que ver con el éxito de “Charlie´s Angels”. Kate Jackson, quien había participado de manera regular en la serie “The Rookies” (1972-76), la cual también había sido producida por Spelling, fue la primera en ser contratada. Jaclyn Smith en cambio, solo había tenido algunos pequeños roles en televisión además de haber trabajado como modelo para una empresa de shampoo. Por último, Farrah Fawcett-Majors era una virtual desconocida, y sólo había obtenido algunos roles esporádicos en series como “The Flying Nun” (1967-70), “The Partridge Family” (1970-74), y “The Six Million Dollar Man” (1974-78), donde en esta última trabajaba su entonces marido Lee Majors.


Pese a que el misterioso Charlie Townsend estaría presente solo a través de su voz en la serie, de todas formas la elección del actor que lo interpretaría era una elección importante ya que su voz debía causar una gran impresión entre los espectadores. Fue entonces cuando Spelling recurrió a su viejo amigo el actor John Forsythe, con quien había trabajado en el telefilme “The Letters” (1973). Si bien las protagonistas no tenían mucha experiencia trabajando en televisión, Spelling sabía que sus carencias actorales serían enmascaradas por su deslumbrante belleza. Las chicas, Sabrina Duncan (Jackson), Kelly Garrett (Smith), y Jill Munroe (Fawcett-Majors), realizarían tareas que los hombres eran incapaces de hacer y utilizarían su apariencia a su favor. De hecho, la mayoría de los casos en los que se veían involucradas las protagonistas las arrastraban a lugares donde podían utilizar su sensualidad para lograr sus objetivos (spas, lujosos yates, o exclusivos clubes). Sin embargo, en ocasiones los ángeles tenían la oportunidad de demostrar que eran algo más que una cara bonita; también podían defenderse por sí mismas, desarrollaban todo tipo de actividades sin problemas, y tenían una evidente capacidad deductiva. Curiosamente, rara vez llegaban a ocupar un arma de fuego pese a que se involucraban en peligrosas situaciones que a menudo lo requerían.

“Hellride”, el primer episodio de la primera temporada de “Charlie´s Angels”, fue transmitido el 22 de septiembre de 1976, ocupando el horario prime de los días miércoles, lo que le ayudaba a evitar cualquier tipo de controversia que pudiera despertar su evidente contenido sexual (sin embargo, a medida que la serie progresaba esta terminó siendo transmitida a las 8:00 pm, horario dominado por shows pensados para toda la familia). De un momento a otro, las tres protagonistas se convirtieron en verdaderas estrellas, en especial Fawcett quien realizó un calendario en 1976 que llegó a vender más de ocho millones de copias. Si bien los hombres se sintieron atraídos por la belleza del trío de actrices, las mujeres curiosamente comenzaron a verlas como modelos a seguir. Mientras que en la pantalla el trío de mujeres parecía ser un grupo unido (ayudadas por John Bosley, personaje interpretado por David Doyle que se encargaba de vigilar las actividades de las muchachas), fuera de ella las actrices no se llevaban muy bien. Es por este motivo que pese a que la serie tuvo una exitosa primera temporada, Fawcett no tardó en demostrar su insatisfacción y sus deseos de abandonar el show.

Luego de una serie de amenazas entre Fawcett y el equipo de Spelling, que involucraban demandas judiciales por ambas partes, se llegó a un acuerdo que estipulaba que la actriz podía abandonar el show siempre y cuando accediera a participar como estrella invitada en algunos de los futuros episodios de la serie. Si bien su ausencia en la segunda temporada pudo convertirse en un potencial desastre, los productores tuvieron la suerte de encontrar a Cheryl Ladd, una actriz desconocida que fue capaz de llenar el espacio dejado por Fawcett. Ladd interpretaría a Kris Monroe, la hermana pequeña del personaje interpretado por Farrah. Los espectadores que lamentaban la ausencia de la actriz pronto encontraron consuelo en la innegable belleza y carisma de Ladd. Gracias a esto, los ángeles pudieron continuar resolviendo casos durante una segunda temporada que resultaría ser casi tan exitosa como la temporada anterior. Si bien el elenco se mantuvo igual durante el transcurso de la tercera temporada, en la primavera de 1979 Kate Jackson anunció que abandonaba la serie. Shelley Hack fue contratada como la nueva ángel Tiffany Welles, pero lamentablemente no logró encantar a los espectadores. Hack sería reemplazada al final de la cuarta temporada por Tanya Roberts, quien interpretaría a Julie Rogers.

Ya para 1980, la popularidad de la serie estaba en franco descenso. Con la esperanza de reencantar al público, la producción del show se trasladó a Hawaii por un breve periodo de tiempo. Sin embargo, los intentos por salvar la serie fueron inútiles, razón por la cual la ABC canceló “Charlie´s Angels” en febrero de 1981. La serie fue uno de los tantos proyectos que durante los setenta se encargaron de retratar la liberación femenina. Las protagonistas eran un grupo de mujeres independientes capaces de realizar las mismas tareas que los hombres, las cuales constantemente dejaban en claro que preferían perseguir sus carreras como detectives que limitarse a soñar con casarse o ser ama de casa. La amistad y la solidaridad entre mujeres también era un tema recurrente en el show. Es innegable que la marcada amistad que se da entre las protagonistas estaba condicionada por la ausencia de familiares en la narrativa. Por ejemplo en el episodio “To Kill An Angel” (1976), Kelly (la cual es huérfana) resulta herida en un accidente. A su llegada al hospital, en vez de angustiados familiares nos encontramos con Jill, Sabrina y Bosley, quienes no pueden ocultar su ansiedad mientras están sentados en la sala de espera. Cuando una enfermera se acerca a preguntar quién es familiar de Kelly, todos responden empáticamente que son familiares, demostrando el fuerte lazo que une a los protagonistas.

Con el transcurso de los años, el show que contaría con cinco temporadas conformadas por 109 episodios, sería exitosamente retransmitido a nivel mundial gracias al proceso de sindicación. Esto llevó a que el 2000 se realizara una adaptación cinematográfica de la serie protagonizada por Cameron Díaz, Drew Barrymore y Lucy Liu, la cual si bien es bastante mediocre, no impidió que el 2003 se realizara una secuela que resultó ser aún más mediocre que el primer film. Si bien la serie original no presentaba temáticas demasiado profundas, y fue ampliamente criticada por su contenido sexista y machista que se escondía tras el ya mencionado mensaje feminista (hay que tener en cuenta que Charlie es una figura patriarcal que es retratada como un playboy capaz de lograr que las mujeres cumplan sus deseos sin mayores objeciones, además del hecho que en muchos de sus casos las protagonistas no hacen más que representar algunas fantasías masculinas), “Charlie´s Angels” era sin duda una serie entretenida. En la actualidad sigue siendo transmitida por algunas cadenas televisivas, y la verdad es que el show mantiene en gran medida el encanto camp que la llevó al éxito. En especial durante las primeras dos temporadas, la serie presenta algunos episodios hoy considerados de culto como “Angels in Chains” (1976), en el cual las protagonistas deben ingresar encubiertas a una prisión para investigar un supuesto negocio de trata de blancas, o “Circus of Terror” (1977), donde deben investigar unos misteriosos accidentes que están ocurriendo al interior de un circo. En definitiva, “Charlie´s Angels” ha envejecido de mejor manera que otras series policiales realizadas durante los setenta, en gran medida gracias a que nunca se tomó demasiado en serio. Es simplemente una serie entretenida que mezcla acción, suspenso, comedia y mujeres hermosas. ¿Qué más se puede pedir?



por Fantomas.

Related Posts with Thumbnails