sábado, 20 de junio de 2009

John Carradine: Uno de los pocos actores que pudo jactarse de participar en más de 400 películas.

John Carradine, cuyo verdadero nombre es Richmond Reed Carradine, nació en Nueva York el 5 de Febrero de 1906. Aunque en su juventud pensó en convertirse en pintor y escultor, terminaría convirtiéndose en un actor que incursionaría en todos los géneros del espectro cinematográfico, aunque sería más recordado por sus participaciones en el género del horror. Su carrera en el mundo del espectáculo comenzaría con el drama, “Tol´able David” (1930), donde participaría bajo el nombre de Peter Richmond. Él adoptaría el nombre “John Carradine” recién en el año 1935, y dos años más tarde cambiaría su nombre legalmente, el cual aparecería supuestamente en los créditos de aproximadamente 500 cintas.

Tan solo en la década de los treinta, Carradine participó en más de 60 películas, en su gran mayoría interpretando pequeños roles en diversas cintas, entre las que se encuentran algunos de los films de terror de la Universal, como por ejemplo: “The Black Cat” (1934), donde interpretó a un organista satánico al cual solo se le ve la espalda mientras toca una fantasmagórica música en una de las escenas claves de la cinta; “The Bride of Frankenstein” (1935), donde Carradine interpretá a un cazador que se encuentra con el monstruo en la casa del ermitaño ciego. Años antes, el actor había rechazado el rol del monstruo debido a que requería largas sesiones de maquillaje y no tenía diálogo. Cincuenta años después, Carradine nuevamente cruzaría su camino con el del monstruo de Frankenstein. El actor asumiría el rol del ciego en una obra de Broadway realizada en 1981. Lamentablemente, la obra cuyo presupuesto fue de más de un millón de dólares, recibió críticas devastadoras lo que llevó a los productores a cancelarla tras su única presentación. También participaría en “The Invisible Man” (1933), donde tendría un pequeñísimo rol como uno de los aldeanos.


Durante los treinta, Carradine también tendría la oportunidad de trabajar junto a quién se transformaría en su director predilecto, el gran John Ford. Su primera colaboración sería en la cinta, “The Prisoner of Shark Island” (1936), a la cual le seguirían, “Stagecoach” (1939), “Drums Along the Mohawk” (1940), “The Grapes of Wrath” (1940), “The Last Hurrah” (1958), “The Man Who Shot Liberty Valance” (1962), y “Cheyenne Autumn” (1964). “Teníamos una buena relación”, recordaba en una ocasión Carradine. “Él era un hombre extraño, un hombre tramposo. Él fotografiaba los ensayos y no te decía lo que estaba haciendo. Él pensaba que podía obtener más espontaneidad de un ensayo que de una actuación calculada”. Pese a su admiración por el trabajo de Ford, la película favorita del actor es, “Captains Courageous” (1937), del director Victor Fleming, en la cual tuvo la oportunidad de trabajar junto a uno de sus amigos más cercanos, el genial Spencer Tracy.

Sin duda, las cintas más recordadas de Carradine durante los treinta y los cuarenta serían aquellas de la factoría de la Universal. El actor alguna vez mencionaría: “Las primeras películas que hice fueron para la Universal, y estaban muy bien realizadas. Tenían buenos guiones y unos estupendos repartos. Eran buenas y atmosféricas producciones”. Y es que fue una camada de buenos actores los que lograron darle un cierto grado de dignidad y estatus al género del horror durante los treintas y los cuarenta. Durante ese periodo, el ambicioso Carradine tuvo la oportunidad de trabajar con legendas como Boris Karloff, Bela Lugosi y Basil Rathbone. Probablemente, las dos cintas de terror más memorables del actor durante esta época fueron “House of Frankenstein” (1944), y “House of Dracula” (1945), dos espléndidos ejercícios de horror gótico. Dichos films, en los cuales Carradine interpretaba al Conde Drácula, le permitieron a la Universal reunir a sus tres monstruos más emblemáticos (el otro obviamente era el Hombre Lobo) en un espeluznante paquete.

Cuando al actor le ofrecieron el rol de Drácula, su única petición fue que lo dejaran interpretar el rol de la forma en la cual Bram Stoker lo describía; como un anciano y distinguido caballero con un prominente bigote. Lamentablemente para el actor, la Universal no quiso respaldar su intención de interpretar tan literalmente al elegante vampiro. “A ellos no les gustaba la idea de que Drácula tuviera un gran bigote, por lo que decidí dejarme un bigote al estilo británico”, recordaba Carradine. “La verdad es que no estaba completamente a gusto con el personaje”. Pese a esto, el Drácula de Carradine se transformó en una de las piedras angulares de su fenomenal carrera. La crítica británica lo elogió diciendo que era la mejor interpretación de Drácula hasta la fecha, lo cual para el actor tenía un mayor valor sabiendo que su predecesor había sido nada menos que Bela Lugosi, el cual había hecho un excelente trabajo interpretando al vampiro más famoso.

Fue precisamente con Lugosi con quien Carradine trabajó en un buen número de cintas de terror bajo presupuesto realizadas por la Monogram Pictures, entre las que se encuentran “Voodoo Man” (1944), y “Return of the Ape Man” (1944). Varios años más tarde, se reunirían en el film, “Black Sheep” (1956), periodo en el cual comenzaba a apagarse la trágica vida de Bela Lugosi. Para Carradine, “Él era un hombre encantador y un increíble actor. Acostumbraba ir al set con una botella de vino, la cual iba bebiendo a pequeños sorbos durante el transcurso del día. Él nunca se emborrachó, nunca se olvidó de una línea o perdió su acento. Fue un excelente actor con el cual realizé varias películas”. A través de los años, Carradine también trabajaría junto a Boris Karloff, siendo la obra teatral, “Window Panes” (1928), su primer trabajo juntos. En dicha obra, ambos interpretaban a un par de campesinos rusos, rol que según Carradine, ayudó a poner a Karloff en el mapa. Carradine admiraba profundamente a Karloff tanto por sus dotes actorales, como por su apacible personalidad.

Si bien Carradine solía recordar sus colaboraciones con Karloff y Lugosi con bastante melancolía, no sucedía lo mismo cuando tenía que recordar las cintas que realizó para la Monogram Pictures. Películas como “Revenge of the Zombies” (1943), “I Escaped from the Gestapo” (1943), y “The Face of Marble” (1946), no se caracterizaban precisamente por su calidad. “Yo realizé un buen número de cintas de terror para la Monogram que no fueron buenas”, reconocería Carradine en una ocasión. “Obviamente, había una razón para eso. Monogram no era considerado como un estudio grande. Y el hombre que estaba a cargo del estudio, Frank Kane, era un hombre ignorante. Era sabido que en una junta de directorio él dijo: ´Caballeros, estamos parados al borde de un absceso.´ ¡Él quería decir abismo!”.

En 1944, Carradine filmaría la cinta “Bluebeard”, del director Edgar G. Ulmer. Dicho film, que con los años se ha transformado en un thriller de culto entre los fanáticos del cine de terror, y en el cual el actor interpreta a un siniestro estrangulador que aterroriza Francia, a los ojos de Carradine no es más que una obra maestra fallida. Para el actor, la responsabilidad de esto recaería en Edgar Ulmer y su desafortunada elección del reparto, la cual terminó destruyendo gran parte de la atmósfera de la película. Según Carradine, “Todo iba bien hasta que filmamos una escena. Él contrató a dos comediantes para que asumieran el rol de gendarmes de Paris. Lamentablemente, terminaron haciendo un gag que no tenía sentido alguno. Nunca pude entenderlo. Ulmer arruinó la calidad que le había dado a la película hasta ese minuto”.


A partir de la década de los cincuenta, Carradine se dedicaría a participar mayormente en variadas series de televisión, tendencia que continuaría hasta el ocaso de su carrera. Entre los shows en los que participó como actor invitado se encuentran: “The Munsters”, “The Legend of Jesse James”, “Wonder Woman”, “The Red Skelton Show”, “Maverick”, y “Gunsmoke”, entre muchos otros. Durante estos años, el actor también vería como sus cintas serie A eran superadas en número por sus generalmente breves apariciones en producciones soft-core y films de horror que rayaban en lo amateur. Entre los títulos más embarazosos en los que trabajó Carradine podemos mencionar: “Invasion of the Animal People” (1962), “The Wizard of Mars” (1964), “Hillbillys in a Haunted House” (1967), “Astro- Zombies” (1968), “Blood of the Iron Maiden” (1970), “Super Chick” (1974), “Vampire Hookers” (1978) y “Satan´s Cheerleaders” (1978). El actor incluso reviviría su versión de Drácula para la olvidable mezcla de horror, comedía y western títulada, “Billy the Kid Versus Dracula” (1966), y para la aún más bizarra, “Nocturna” (1979).

Tal vez el último film memorable en el que participaría Carradine sería la mítica, “House of the Long Shadows” (1983), producción famosa por reunir a los miembros sobrevivientes de la elite del cine de terror. La cinta, la cual estaba basada en la novela, “Seven Keys to Baldpate”, del escritor George M. Cohan, reunió a Vincent Price, Christopher Lee, Peter Cushing y John Carradine, los cuales interpretaban a una bizarra familia con más de un oscuro secreto. Para Carradine, realizar esta película resultó ser una experiencia inolvidable; “Nunca habia trabajado con Peter Cushing antes. Habiamos realizado un film llamado “Shock Waves” (1977), pero no habiamos tenido escenas juntos. Al resto si los conocía. Yo había trabajado en media docena de películas junto a Vinny Price (por ejemplo: “The Ten Commandments” y “The Monster Club”). Price y yo eramos buenos amigos hace ya un buen tiempo. Con Christopher Lee solo había trabajado en dos cintas en una etapa muy avanzada de mi carrera”. Carradine consideraba que dicha película estaba por sobre la media de las cintas de terror de la época, porque además del reparto estelar, reunía todos los ingredientes que la transformaban en un clásico inmediato.

John Carradine tendría cinco hijos, de los cuales cuatro seguirían sus pasos: Bruce Carradine, Robert Carradine, Keith Carradine y el recientemente fallecido David Carradine. David y John aparecerían juntos en un par de episodios de la serie que lanzó a la fama a David, “Kung Fu” (1972-1975), como también en las cintas “The Good Guys and the Bad Guys” (1969), y “Boxcar Bertha” (1972). La familia Carradine se reuniría enfrente de las cámaras en 1984, cuando John y Elvira estelarizaron el episodio especial de noche de brujas de la serie, “Fall Guy”. John Carradine declaró haber filmado más de 400 películas, aunque solo la mitad pueden ser documentadas. Pese a la avanzada artritis que lo aquejaba durante sus últimos años de vida, el actor continuó trabajando en el teatro, el cine y la televisión, demostrando el amor que sentía por su profesión y la integridad profesional que siempre lo caracterizó. El actor fallecería el 27 de Noviembre de 1988 en Milán, por causas naturales. Pese a la diversidad de los roles que interpretó, siempre será recordado por su importante contribución al género del horror, la cual comenzó en la Universal, y prosiguió hasta sus últimos roles en cintas como “The Sentinel” (1977), “The Howling” (1981) y “House of the Long Shadows”.


por Fantomas.

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